Junto con el Moscatel, esta es una de las variedades blancas aromáticamente más expresivas, que juega con el dulzor y las especias y es de gran frutosidad.
Tiene intensos aromas a rosas y lychis (fruta oriental), a chirimoya y melón.
Esta cepa es enemiga de los mariscos crudos y choca con los cebiches.
Acompaña muy bien las comidas orientales, donde predominan las especias, el jengibre o la soya.