Han sido la base de la alimentación de casi todos los pueblos. De hecho constituyen el signo distintivo de una civilización: La civilización occidental es la civilización del trigo, la oriental la del arroz, y la americana la del maíz.
Los cereales integrales son alimentos casi completos puesto que contienen los elementos -plásticos, energéticos y minerales- que el hombre necesita encontrar en la alimentación.
Las substancias de mayor valor -proteínas, grasas, sales minerales y vitaminas- se encuentran en la superficie de los cereales y en el germen.
Los cereales refinados y pulidos conservan el almidón y algo de albúmina. Por esto debe tratarse en lo posible de consumir cereales enteros, trigos y harinas integrales, arroz integral, maíz, etc.
El trigo puede emplearse como el arroz. El trigo entero debe remojarse previamente. Pero el trigo partido llamado "burgo" puede cocinarse directamente, indistintamente en platos dulces o salados.
En el comercio se encuentran precocidos (copos de trigo, arroz, maíz, etc.) muy útiles para confeccionar platos nutritivos y de preparación rápida.